"El pensador se ha muerto.
Dicen que se sintió malillo de pronto y como creía que era
nada se fue sin despedirse. Luego no tuvo tiempo. Le vino tan corto que a poco
de llegar a su casa se encontró con la muerte que parecía haberlo citado allí.
Esta noche en la cuadra se notaba su ausencia. Los mulos que
lo conocían bien, hallaban no sé qué extraño en la nueva y no acostumbrada mano
que les servía el pienso. Había más impaciencia en el relincho que corría por
los pesebres, un natural presentimiento de que algo le faltaba al día para
acabar como todos (...)".
Entre los años 1946 y 1947, José
Antonio Muñoz Rojas -Antequera, 1909-2009- escribió un precioso libro titulado Las cosas del campo. Disfruté mucho con la lectura del mismo, entre
otras cosas porque me traía muchos recuerdos de cosas que me
contaban mis padres y mis abuelos y también porque hay sucesos narrados en
el libro que yo mismo había vivido. Lo recomendaría para todos aquellos que
quieran saber más de nuestro pasado y de nuestra tierra, así como de nuestro
léxico ya en desuso. Una de las cosas que más ha llamado mi atención, porque la
desconocía, era el oficio de pensador.
¡Ah, se me
olvidaba! Aprovecho esta entrada para recordaros que hoy se celebra el Día de
la Filosofía, actividad de pensadores.