Los alumnos de 2º ESO narraron en clase de Literatura con Elisa cuentos de terror como este que aquí publicamos para celebrar la fiesta de Halloween.
LOLA
Y LA MUERTE
En
un sitio oscuro y aterrador hacía mucho viento y llovía a mares, tanto que las
lápidas se despegaban de las tumbas, tanto que las raíces de los árboles se
arrancaban de la tierra, tanto que todos los pájaros caían sin poder
volar en charcos enormes.
En una caseta, al lado del
cementerio, vivía la muerte donde dormía. Hasta que un día, una niña, llamada
Lola, entró en ese cementerio a visitar a su tío.
Había un cartel en el que ponía “No
pasar”, pero de lo que llovía y del viento que hacía, la niña entendió “Pasar”.
Se adentró en el cementerio, triste, se le caían lágrimas de sangre tan grandes
que formaban charcos.
Para sacar toda su rabia de su
cuerpo, pegó un grito el cual se escuchó por todo el cementerio. Entonces la
muerte que estaba dormida se despertó, abrió la puerta de la caseta y vio a la
niña.
La muerte, cabreada, le dijo que
quién era para estar en su cementerio, pero la niña se dio media vuelta y se
fue para su casa llorando más aún.
Al día siguiente, Lola volvió al
cementerio, pero lo que ella no sabía es que la muerte se encontraba en la
tumba de su tío. Cuando fue a la lápida de su tío, la muerte esperó y esperó
hasta que salió, y la niña, del susto que se llevó, murió.
Y así fue como Lola murió junto a
la lápida de su tío.
Carlos Suárez Armijo (2º ESO B).